María Moliner: la mujer que ordenó las palabras mientras el país callaba

En una España marcada por los silencios impuestos y las bibliotecas reducidas a ceniza, una mujer solitaria se empeñó en poner orden en el idioma. No fue poeta, ni novelista, ni académica. Fue algo más discreto y, quizá por eso, más grande: una bibliotecaria que soñó con que las palabras fueran de todos.
Su nombre era María Moliner.
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La bibliotecaria de la República
Antes de ser un mito de la lexicografía, María Moliner fue una mujer comprometida con la educación y la cultura pública. Durante la Segunda República, su trabajo en el Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Museos fue esencial para llevar los libros allí donde nunca habían llegado.
En aldeas sin escuelas y pueblos sin luz eléctrica, fundó y organizó redes de bibliotecas rurales, dotándolas de catálogos, guías de préstamo y manuales que enseñaban cómo acercar los libros al pueblo. Creía, como muchos de su generación, que leer era una forma de emancipación.
Mientras otros soñaban revoluciones políticas, ella imaginaba revoluciones silenciosas, hechas de páginas. María no solo enviaba libros: formaba a los bibliotecarios locales, seleccionaba títulos accesibles y fomentaba clubes de lectura. En esos años, su fe en la cultura como motor de justicia social era absoluta.
El 23 de abril y la quema de libros
La guerra lo arrasó todo.
Cuando la República cayó, muchas de aquellas bibliotecas fueron saqueadas o destruidas. En un gesto cargado de simbolismo y crueldad, el 23 de abril de 1939, Día de San Jorge —el patrón de los libros—, se organizaron actos de quema pública de libros en numerosas ciudades españolas. Los volúmenes que Moliner había ayudado a distribuir fueron arrojados a las llamas por ser "propaganda roja".
Para una mujer que había dedicado su vida a preservar la palabra escrita, aquel fuego debió sentirse como una amputación. No solo ardían los libros, ardía un proyecto de país ilustrado. Y sin embargo, María Moliner no se rindió.
La idea del diccionario
Tras la guerra, depurada por su vinculación con el régimen republicano, Moliner fue apartada de su cargo en la Universidad de Valencia y relegada a puestos menores. En ese silencio forzoso, comenzó su tarea más monumental: concebir un diccionario nuevo, uno que explicara cómo se usaban las palabras, no solo cómo se definían.
El germen de la idea nació de su propia experiencia como lectora y pedagoga: los diccionarios existentes eran fríos, normativos, incapaces de reflejar la riqueza viva del español cotidiano. Quería una obra práctica, clara y moderna, que ayudara a hablar y escribir mejor.

Así empezó el Diccionario de uso del español, una empresa que realizaría completamente sola, sin apoyo institucional ni recursos.
La casa tomada por fichas
Durante más de quince años, su casa se convirtió en un laberinto de papel.
Cada palabra tenía su ficha, y cada ficha, su definición, sus ejemplos, sus sinónimos, sus usos posibles. El comedor, los dormitorios, incluso el pasillo, se llenaron de cajas de cartón cuidadosamente rotuladas.
Su familia recuerda aquella convivencia con miles de palabras dormidas, apiladas en sobres, aguardando su turno para entrar en el orden del idioma.
Mientras su marido, el catedrático Fernando Ramón Ferrando, leía en silencio, ella pasaba las tardes clasificando verbos, adjetivos, giros coloquiales. Una labor titánica realizada con una paciencia casi monástica.
En 1966, la editorial Gredos publicó finalmente el Diccionario de uso del español, en dos volúmenes. Una obra monumental que aún hoy se considera una de las cimas de la lexicografía española, más moderna incluso que la de la Real Academia de su tiempo.
El rechazo de la Academia
Paradójicamente, la mujer que había dado al idioma una de sus herramientas más vivas fue rechazada por la Real Academia Española. En 1972, su candidatura fue propuesta por Dámaso Alonso y apoyada por figuras relevantes del ámbito cultural, pero la RAE votó en contra de su ingreso. Se adujeron razones formales, pero el trasfondo era otro: el machismo y el elitismo de una institución que, en aquel momento, no admitía mujeres entre sus miembros. En su lugar, se eligió a un filólogo varón.
Moliner no se quejó. Como solía hacer, continuó su trabajo en silencio, con una humildad que contrastaba con la magnitud de su obra. Pero en su entorno se vivió la decisión como una injusticia histórica. La RAE no abriría sus puertas a una mujer hasta 1979, con Carmen Conde.
El legado de María Moliner
María Moliner murió en 1981, discretamente, sin grandes homenajes. Pero su legado sigue creciendo. Su Diccionario de uso del español sigue siendo una joya por su tono humano, su claridad y su respeto por la lengua hablada.
A diferencia de los diccionarios oficiales, el suyo no impone, acompaña. No define desde arriba, sino desde el lado del hablante.
Hoy, su nombre se asocia con la inteligencia, el esfuerzo y la pasión por la cultura popular. En los pueblos donde fundó bibliotecas, todavía hay quien recuerda aquellos primeros lotes de libros como una semilla de libertad.
Y es que María Moliner, con su lápiz y sus fichas, hizo mucho más que escribir un diccionario: salvó la dignidad del idioma en los años más oscuros de España.
Bibliografía y fuentes consultadas
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Fundación María Moliner – Biografía, proyectos y legado de la lexicógrafa.
https://www.fundacionmariamoliner.org/ -
Biblioteca Nacional de España – María Moliner (1900–1981)
Ficha biográfica y exposición virtual sobre su vida y su Diccionario de uso del español.
https://www.bne.es/es/maria-moliner -
Instituto Cervantes – "María Moliner: la mujer que definió el español"
Artículo divulgativo sobre su trabajo lexicográfico y su exclusión de la RAE.
https://cvc.cervantes.es/actcult/moliner/ -
El País – "La filóloga que hizo el mejor diccionario del español"
Análisis sobre su figura, firmado por especialistas y publicado con motivo del centenario de su nacimiento.
https://elpais.com/cultura/maria-moliner/ -
Real Academia Española – Historia del Diccionario de uso del español
Nota institucional y contextualización sobre la aportación de Moliner a la lexicografía.
https://www.rae.es/noticias/maria-moliner -
Revista Historia y Comunicación Social (UCM) – "María Moliner, bibliotecaria de la República"
Estudio académico sobre su papel en la red de bibliotecas públicas durante los años treinta.
https://revistas.ucm.es/index.php/HICS/article/view/