Cómo escribir un diario
Escribir un diario es una práctica para el crecimiento interior y para escribir mejor. Te doy algunos consejos para que consigas la constancia necesaria para escribir todos los días.
Todos hemos pensado alguna vez en la idea de plasmar por escrito nuestras ideas, pensamientos, preocupaciones o las experiencias personales que vamos viviendo en el día a día y que van forjando nuestra personalidad. En definitiva, seguro que te has planteado escribir un diario, pero tal vez quizá no lo has llegado a hacer porque crees que te va a costar ser constante y no merece la pena.
Pero lo cierto es que escribir un diario personal es una práctica muy buena no sólo para tu crecimiento interior y para conocerte mejor sino también para escribir bien, así que puede servirte al mismo tiempo para mejorar la escritura.
Te contaré un secreto: desde los 16 años, escribir un diario fue lo que me dio soltura para redactar. La práctica escribiendo a diario me generó confianza, no solo en la comunicación escrita personal, sino en textos académicos y literarios.
Con las nuevas tecnologías, la escritura a mano ha ido perdiendo presencia, y un diario puede ser el pretexto perfecto para practicar la caligrafía, revisar el uso de los signos de puntuación y prestar más atención a la ortografía.
Todo son ventajas y con unos simples consejos verás como no es tan complicado mantener el interés y convertirlo en una rutina diaria positiva.
Toma nota:
Escoge un entorno agradable
Antes de ponerte a escribir, es muy importante que puedas hacerlo en un lugar donde te sientas a gusto y en el que puedas plasmar tus pensamientos sin interrupciones y sin miradas indiscretas.
Por eso, buscar un entorno íntimo y silencioso te ayudará a concentrarte mejor sobre lo que quieres escribir de una manera más libre, natural y fluida.
Dedica tiempo todos los días
Procura reservar siempre tiempo para escribir tu diario, como si fuera una actividad más dentro de las tareas que has de realizar cada día. Además, si estableces una franja horaria fija, será más fácil tomarlo como una rutina y no tendrás excusa para dejarlo pasar o que sea demasiado tarde cuando puedas hacerlo y ya estés cansado/a y con pocas ganas.
Por ejemplo, puedes hacerlo justo antes de ir a dormir, cuando no tengas otras obligaciones pendientes, nada más levantarte por la mañana o en la pausa del desayuno o mientras comes. Lo verdaderamente esencial no es cuándo lo hagas, sino que ese momento lo relaciones con la escritura.
Siguiendo lo que cuenta el libro Hábitos atómicos, puedes comenzar escribiendo pequeños fragmentos durante 2 minutos cada día. Si consigues establecerlo como un hábito, poco a poco irás ampliando ese tiempo y sacando más partido a los periodos que dediques a tu diario.
Utiliza un cuaderno exclusivamente para ello
Si vas anotando tus pensamientos en folios sueltos, es muy probable que terminen traspapelándose, que confundas el orden o que, directamente, los pierdas y acaben en la basura sin querer.
Para evitar todas esas situaciones, lo mejor es que compres una libreta o cuaderno solo para ese fin. No es necesario que tenga un diseño especial, llamativo ni que sea de una marca cara, porque quizá te dé lástima estropearlo o arrancar alguna página que hayas utilizado como borrador.
Elige un cuaderno que sea cómodo para escribir, sin espirales con las que choque tu mano y, si lo prefieres, con líneas o cuadrícula para poder guiarte y que no te salgan los renglones torcidos.
Lo mismo con el bolígrafo que vayas a utilizar; uno que se deslice con suavidad, de rápido secado y con el que puedas trazar las letras de manera clara y precisa.
Escribe a mano o a ordenador, como prefieras
Aunque lo más habitual en los diarios es escribir a mano, también puedes hacerlo digitalmente si estás más familiarizado con el teclado que con el lápiz y el papel.
Hay quienes utilizan el ordenador porque pueden volver atrás para corregir sus ideas sin necesidad de hacer borrones o tachados poco estéticos. Si es tu caso, adelante.
Otra idea es comenzar con un diario digital y conforme vayas tomando el gusto a la escritura, pasar a escribir a mano, ya que verás que resulta una actividad mucho más placentera. Esto ocurre porque la escritura a mano te obliga a ir a un ritmo más pausado que cuando tecleamos y, pese a que pueda parecer un inconveniente, bajar la velocidad y disfrutar de cada trazo tiene cualidades terapéuticas y relajantes.
No tires la toalla si te bloqueas
Especialmente cuando todavía no tienes el hábito de escribir un diario, es posible que te encuentres ante la situación de sentarte a plasmar en tu cuaderno tus pensamientos y que no sepas por dónde empezar o que no se te ocurra nada.
A veces el bloqueo literario es realmente un bloqueo psicológico, y es que no estamos acostumbrados a expresar abiertamente lo que nos pasa, a "hablar" de nuestros aspectos más íntimos ni siquiera con nosotros mismos.
No te agobies
Cuando te ocurra eso, escribe sobre cualquier cosa que pase por tu mente, incluso puedes iniciar tu redacción justamente con esos problemas de bloqueo que estás experimentando. Seguramente de este modo poco a poco vayas conectando con tu pensamiento interior y logres quitarte esa "coraza" que te estaba bloqueando.
También puedes releer las páginas anteriores para recordar en qué punto te quedaste y retomar alguna de las cuestiones en las que te habías quedado.