Cómo escribir una novela: por pasos y sin desesperarte

25.02.2021

¿Cómo empezar a escribir una novela? ¿De dónde saco las ideas para escribir un libro? ¿Qué necesito? ¿Cómo organizo la estructura? ¿Qué debo tener en cuenta para escribir? ¿Qué hago cuando termine? En este post te damos un método en cinco pasos, las bases de un curso de escritura gratis.

Escribir una novela es un trabajo durísimo. Al menos si lo que pretendemos es escribir una buena novela. Es especialmente duro cuando estás ante tu primera novela, ya que verás en el mercado editorial que hay escritores que pueden llegar a publicar varios libros en un año. Pero normalmente, son autores que tienen ya una amplia experiencia, aunque esto tampoco supone garantía de éxito. Rosa Montero asegura que tarda un mínimo de tres años en escribir una novela. Después hay que sumarle todo el proceso de publicación. Hay otros autores que tardan más. Y no hay problema, la prisa no es una buena aliada del escritor. Por lo tanto, si lo que quieres es una fórmula mágica para escribir una novela en unas pocas semanas, no te recomiendo este post. No obstante, te propondré un método para que no des más rodeos de la cuenta.

Cómo empezar a escribir un libro

El primer problema para escribir una novela es pensar que tienes que empezar por escribir. Antes de ponerse a redactar, es mejor planificar lo que hay que escribir. Pero para planificar hay que tener una idea. Además, hay que tener práctica escribiendo para que así puedas dar forma a lo que has planificado. Y para mejorar escribiendo, no basta con escribir, también hay que leer mucho.

Aunque en este post te detallo gran parte de este proceso, te recomiendo que te lo tomes con calma, que cojas lápiz y papel y visiones este vídeo donde cuento con bastantes detalles cómo escribir un libro en 5 pasos.

Como ves, he ideado una fórmula para escribir una novela en cinco fases: leer, observar, pensar, escribir y enseñar.Voy a comenzar sintetizando estos grandes apartados en torno a cómo escribir una novela.


1. Leer

La mejor noticia es que puede que esta fase ya la hayas completado. Un buen escritor es un buen lector. Un buen escritor de terror ha debido leer antes numerosos libros de terror. Los escritores somos lo que leemos y de aquí viene el equipamiento para nuestra escritura. Por lo tanto, si piensas que te va a salir un buen libro sin apenas bagaje lector, yo lo veo complicado. Hay quien dice que ha visto muchas pelis... pero una cosa es contar historias como las cuentas en una reunión entre amigos, y otra cosa muy diferente, dar forma a todo el universo literario que requiere una novela. No sé si para escribir bien son necesarios 1.000 o 10.000 libros, pero creo que mientras más se lee, mejor se escribe porque uno interioriza vocabulario, fórmulas narrativas, estructuras...

Así que comienza a leer, alterna novedades con clásicos. Si sueñas con escribir una novela policíaca, lee este tipo de novela, aunque tampoco está mal empaparse de otros géneros. Visita la biblioteca, bichea por las librerías, navega por esas estanterías de casa donde posiblemente haya libros que no has tocado, ten siempre un libro en la mesita de noche o en la mochila, acopia títulos en tu e-book, déjate recomendar por aquellos que leen más que tú...

2. Observar

El buen escritor es un gran observador del mundo que le rodea. Eso, junto a la lectura, será lo que haga que brote la idea de la que surja la novela. Fíjate en todo, piensa en todo, intenta captar los detalles, ya que la descripción de esos detalles serán fundamentales a la hora de escribir, es lo que dará verosimilitud a tu historia. Lleva siempre una libreta a mano o una aplicación en el teléfono móvil para anotar todo lo que te llame la atención.

A muchos escritores noveles les sucede que tienen millones de ideas y no saben escoger. A otros no se les ocurre nada. Todo es por la autoexigencia. Si hay muchas ideas, puede tratarse de escribirlas y elegir una, incluso por sorteo y ya centrarse en esa idea. Si no hay ideas, crea un diario donde cada noche anotes todo aquello que te ha ocurrido ese día, los pensamientos que te hayan rondado la cabeza, puede que ahí esté tu semilla. La cuestión es ponerse en marcha y jugar, caminar.

Ideas para escribir un libro: la semilla

Para Alexander Steele es la semilla, Rosa Montero lo llama el huevecillo, yo lo denomino, sencillamente, la idea. Es el origen de la novela, esa ocurrencia de la que partirá todo el proceso. "Puede ser un personaje, un nombre, una situación, una estructura, un diálogo que se escucha sin querer, un ambiente, un tema, o incluso un sentimiento indefinido", señala Steele. Estas ideas pueden estar en cualquier lugar, aparecer en cualquier momento. El escritor de ficción debe buscarlas, pero sobre todo, identificarlas, anotarlas y desarrollarlas. Es por esto por lo que el apartado de observación es tan importante.

3. Pensar

Tienes una idea o varias ideas. Debes ponerte a pensar para seleccionar la que creas más atractiva y después seguir un montón de pasos en la planificación de la novela. Son muchas las decisiones que debes tomar: tema a tratar, desarrollo del argumento, narrador, personajes, punto de vista, voz, modo, escenario, personajes, tiempo narrativo...

Pensar es idear y es planificar. Hay quien lo hace sobre la marcha cuando comienza a escribir, pero esto es dificilísimo. Coge folios en blanco, "post its", una gran pizarra, una cartulina, o una aplicación para crear mapas mentales. Anota el comienzo de tu libro y el final al que quieres llegar. Una novela es un camino amplio lleno de paradas. Traza las características de tu protagonista, lo que lo hace especial, las dificultades que tienen que superar y el final al que lo quieres llevar. Una vez que tienes el conflicto principal y la línea maestra de la historia, añade elementos. Escenarios, otros personajes, subtramas, la organización en capítulos y responde cuestiones como el tipo de narrador que quieres utilizar, los tiempos verbales, si lo quieres contar de forma lineal o dando saltos en el tiempo, personajes secundarios... Todo esto necesita tiempo, requiere que lo tengas presente constantemente, se te irán ocurriendo cambios y cuando ya crees que tienes un armazón sólido, déjalo ahí, ya está porque puede que cuando te pongas a escribir, haya que cambiar cosas.

Dijo Amos Oz: "Para escribir una novela de 80.000 palabras debo tomar un cuarto de millón de decisiones. Trama, quién vivirá, quién morirá, nombres de los personajes, caras, capítulos, título del libro, cuándo puedo contar y cuándo silenciar, qué contar al detalle y qué solo por alusiones".

En este pensamiento, debes también tener en cuenta tu propia personalidad como escritor, tus puntos fuertes y debilidades como plantea Rosa Montero:

  • ¿Funcionas más en textos largos o cortos?
  • ¿Cuentista o novelista? ¿Novela corta?
  • ¿Bueno en las descripciones o en los diálogos?
  • ¿Barroco o seco y sustancial?
  • ¿Proclive al humor o no?
  • ¿Realista o fantástico?
  • ¿No sabes empezar, pero después se te da bien; o al revés?

4. Escribir

Con tu hoja de ruta por delante, es el momento de ponerse a escribir. Lo ideal es plantearte un ritmo diario asumible y constante. Por ejemplo, 1.000 palabras al día. Puede que algún día escribas más y otros menos, pero debes tomarlo como media. Además, debes dedicar tiempo a revisar lo escrito, puede que incluso tengas que ir haciendo modificaciones sobre la marcha en la planificación o cambiando partes de la historia que no funcionan cuando te has puesto a darle forma. Todo esto es normal, pero lo importante es trabajar, avanzar y seguir una rutina como un martillo pilón. Solo así llegará el final.

Hemos hablado mucho antes de la importancia de la planificación, pero al final, escribir es el paso más importante. El mayor enemigo a la hora de escribir somos nosotros mismos, ese yo consciente que se autoanaliza y se critica hasta el extremo de bloquearte. Pero recuerda, si has planificado bien, sigue tu agenda, adelante, siempre adelante y si hay algo que no te convence, ya habrá tiempo de cambiarlo cuando termines.

Siguiendo con lo que dijo Amos Oz, escribir también es tomar decisiones sutiles, poner determinadas palabras, dónde cortar la frase... Esto es escribir y esto te lleva horas y horas, días y días.

Como escritor, eres Dios, lo eres en tu novela y estás al mando del mundo que estás construyendo. Juega con ambición y llénalo todo de detalles, aunque sin pasarte de descriptivo. Eso sí, no te olvides de tomar cierta distancia con tus personajes y con la historia porque aunque la crees tú, no es tu historia, es una novela, no tu vida.

Cuando hayas puesto el punto y final, es bueno hacer una revisión general y después, dejar la obra reposar, dejarla en el ordenador o guardada en un cajón durante un par de semanas antes de la revisión definitiva.

5. Enseñar

La parte principal del trabajo del escritor ya ha terminado. Pero llega ese momento que puede que sea incluso más complicado, sobre todo si eres aquellos que temen lo que otros puedan pensar de lo que escribes. Pero si quieres que tu trabajo se convierta en un libro publicado, debes dar el paso. Comienza por confiar tu novela a tres o cuatro personas de confianza, lectoras y con gustos parecidos al tuyo para que hagan de lectores cero y te den una primera opinión sobre tu libro. Escucha sus propuestas y críticas y si crees que en función de lo que te hayan dicho puedes hacer cambios en tu novela que la mejoren, hazlas. Tras hacer estas mejoras, deberías poner tu libro en manos de un corrector profesional. Si no conoces a ninguno, con hacer una búsqueda en Google o en Linkedin, tendrás acceso a muchos. Aunque creas que tu novela está limpia de erratas, un corrector profesional la limará y se encargará de detalles que se escapan a los ojos de un lector convencional. Tras pasar este trámite, tu manuscrito estará listo para cualquier destino que quieras darle a tu novela: envío directo a una editorial, participación en un concurso literario o autopublicación.

Y si logras la publicación, el proceso de enseñar continuará, ya que tu novela llegará al público, tendrás que hacer presentaciones y puede que hasta alguna entrevista. Toma aire y piensa en tu siguiente libro.

Prácticas de escritura creativa

Una novela debe ser un objetivo a largo plazo. Si nunca has escrito, comienza por ejercicios más sencillos, no comiences a construir directamente un rascacielos. Prueba con lo siguiente:

  1. Escribe un diario durante 50 días con un lenguaje literario, con entradas de 300 palabras al día.
  2. Escribe una escena o un capítulo de tu serie de televisión favorita.
  3. Escribe un recuerdo importante en tu vida de dos formas distintas, una contigo como narrador y otra con un narrador distinto.
  4. Hazte con unos dados narrativos y escribe relatos usando las palabras que te salgan al azar.
  5. Haz una lluvia de ideas de personajes literarios y escribe un relato con el que te resulte más atractivo.
  6. Escribe un microrrelato al día durante un mes.
  7. Describe los mejores escenarios literarios que puedas imaginar.
  8. Narra escenas de tu vida cotidiana. Hazlo de dos formas: con oraciones breves dando la sensación de velocidad y expectación y con oraciones largas para dar sensación de lentitud y siendo más reflexivo.

Curso de escritura creativa

Pronto espero desarrollar todo esto en un curso gratuito en mi canal de Youtube. Te recomiendo que te suscribas para estar al día o date de alta en mi lista de mail, ya que también avisaré por esa vía.